En el año 1134 el pueblo fantasma que hoy es conocido como Ochate (”Portillo de Lobos”) tenía otro nombre: Goate (”puerta de arriba”). Está ubicado en el Condado de Treviño, a unos 14 km aproximados de Vitoria.
Quienes se animan a visitar y pasear por las pocas casas que quedan en el pueblo, ya bastante destruídas, y conocen su historia, sienten una extraña sensación de miedo y respeto.
Ochate es tal vez el símbolo más fiel de todo lo paranormal y místico que puede albergar una leyenda de los pueblos fantasmas ó malditos.
Ochate llegó a ser, en el siglo XIX, la zona más poblada de toda la comarca, coincidiendo cuando comenzó a desarrollarse la “maldición”: así, se asegura que en sólo diez años tres grandes epidemias arrasaron toda la población.
La primera se hizo presente en el año 1860, cuando se extiende la viruela, de la que apenas sobreviven una decena de personas. El pueblo consigue rehacerse y nuevos habitantes pueblan sus casas, pero sorpresivamente en 1864 se porpaga el tifus con furia devastadora y vuelve a destuír el lugar. Con mucho esfuerzo pues ya mucha gente estaba reticente a volver a ese pueblo, Ochate vuelve a repoblarse, pero la maldición del pueblo aún no había acabado.
De manera fatal, en 1870, una epidemia de cólera sepulta de manera definitiva a las personas que intentaban reconstruir y repoblar el pueblo. Tal es la devastación que el pequeño cementerio de la localidad no pudo abastecer a todos los cadáveres y tuvieron que enterrar casi todos los cuerpos en la vaguada que forma el cerro de la aldea.
Sin embargo, había una incógnita mayor en torno a todas estas desgracias: ¿Por qué éstas solamente afectaban al pueblo de Ochate sin mermar la salud de ningún otro habitante de aldeas cercanas?