la casa encantada de amityville

la casa encantada de amityville

Todos hemos oído alguna vez historias sobre casas encantadas o casas embrujadas, incluso leyendas urbanas que se relacionan con el típico caserón lúgubre, siniestro y abandonado en donde ocurren sucesos extraños. Muchas de estas historias no dejan de ser simples rumores o leyendas. Sin embargo, en ocasiones, dichas historias son verídicas y la crudeza de los hechos supera con creces muchas de las ficticias historias de terror para no dormir. Una de estas historias, tristemente real y verídica es la de la casa de Amitivylle. Algunos ya conoceréis lo acontecido bien por las novelas, las películas o reportajes televisivos. Aun así, daremos un breve repaso a los sucesos acaecidos.

La historia que aquí presentamos tiene como escenario una casa ubicada en el 112 de Ocean Avenue, en Amityville, Nueva York. La madrugada del 15 de noviembre de 1974, hacia las 3:15 horas de la madrugada, el hijo mayor de la familia DeFeo, Ronald DeFeo, más conocido como Butch, de tan sólo 17 años, asesinó a sangre fría a sus padres y hermanos, con un rifle, dejando un total de seis personas muertas.
Estaba expedientado policialmente debido a un problema de drogas y las relaciones con su padre en los últimos tiempos no habían sido muy buenas. Trabajaban juntos en un concesionario familiar y a veces ocasionalmente iban juntos al trabajo.
La policía no tenía ningún indicio que les permitiese sospechar de alguien en concreto, hasta que uno de los detectives que recorría las habitaciones de la casa en busca de alguna pista encontró en la habitación del único superviviente dos cajas de cartón de balas para un rifle.
Las investigaciones comenzaron a arrojar resultados asombrosos, como un robo que el joven habría cometido contra su abuelo y sus extraños cambios de humor. Después de largos interrogatorios, la policía consiguió la confesión, quien durante la cena aprovechó para poner en ella un veneno, que les provocó  a los miembros de su familia un estado de somnolencia tal que evitó que oyeran los balazos del rifle calibre 34 con el que los asesinó. A todos les disparó en la espalda excepto a su madre, a quien le disparó en la cabeza. El joven fue condenado a 25 años de prisión. No obstante, durante su alegato, confesó que una constante voz le obligó a cometer los asesinatos.
Pero la verdadera historia de Amityville comenzaría días después, más concretamente el 28 de diciembre de 1974, veintiocho días después de los asesinatos. Ese día, otra familia, compuesta por el matrimonio de George y Kathy Lutz, se mudó al lugar donde había tenido lugar la masacre. La casa, espaciosa y de muy bonita arquitectura, estaba a la venta a un precio excepcionalmente barato, y los Lutz decidieron obviar los violentos hechos ocurridos con antelación y compraron el inmueble, aunque solamente pudieron ocuparlo 16 días debido a los extraños fenómenos que se allí se sucedieron.
Desde el primer momento en que ocuparon la casa, el matrimonio y sus hijas pequeñas sintieron una presencia sobrenatural, que se iba haciendo más fuerte cada día. Al principio, se escuchaban ruidos extraños a lo largo del día.
Posteriormente los Lutz vieron como se abrían solas las ventanas para dejar entrar el frío de fuera, las puertas se cerraban, masas viscosas envolvían las paredes, mejunges mugrientos, lodosos y malolientes salían de los retretes. El frío gélido acompañaba siempre a George Lutz.
Kathy Lutz agregaría que en ocasiones levitaba sobre su cama y que en reiteradas ocasiones se sintió observada en ciertas partes de la casa, principalmente en las habitaciones, y que en una  de ellas, una noche vio unos ojos rojos que la miraban desde la oscuridad a través de la ventana. Posteriormente, comenzó a tener pesadillas repetitivas con los crímenes sucedidos en la casa, pero soñando que las víctimas eran los componentes de su familia.
La supuesta entidad  o entidades que habitaban la vivienda trataron incluso de apoderarse de los cuerpos de sus residentes, manipulándolos a su propia voluntad y obligándolos a cometer actos de naturaleza violenta, algo en lo cual los Lutz nunca quisieron ahondar.
A los pocos días de habitar el lugar, el matrimonio se convenció de que la casa estaba poseída por una presencia demoníaca y recurrió al sacerdote de la iglesia más cercana, el Padre Pecararo quien contaría después que al tratar de bendecir la casa, escuchó una voz que lo echaba, una voz que surgió de la nada desde la planta más alta de la casa y que gritó: “¡Fuera de aquí!” Según los relatos de la época, cuando el sacerdote ingresó a la casa, el ambiente se llenó de un olor putrefacto y una nube de moscas invadió el lugar. El religioso debió luchar con una fuerza física que le impedía acercarse a la casa y finalmente fue violentamente expulsado.

 


La visita del sacerdote marcó el punto de inflexión en el que los sucesos paranormales se incrementaron. George también comenzó a sentir presencias extrañas e incluso tenía miedo de abrir los grifos pues temía que una presencia maligna pudiese salir de ellos si abría la llave de paso. Las alucinaciones se hacían más comunes y la desconfianza en la familia se acrecentaba. Incluso George afirmaba que su mujer se estaba transformando en una bruja ya que, según él, se le estaban cayendo los dientes y el pelo. Ante tales hechos, los Lutz decidieron abandonar para siempre la casa, que desde entonces se encuentra deshabitada y sobre la cual pesa el estigma de la leyenda de Amityville.

Tras todo lo expuesto hasta el momento, caben destacar los orígenes de la casa tal y como exponemos a continuación, como colofón y “posible explicación” a los hecho sobrenaturales que allí acontecieron.
La casa de Amityville puede denominarse mansión por lo grande que es. Además abarca bastantes hectáreas y un embarcadero. Está en una buena zona dentro del estado de Nueva York, y su precio no sería asequible de no haber ocurrido allí algo muy macabro: un asesinato múltiple.
Su construcción se inició asentando el sótano, para posteriormente construir el resto de la casa, siendo ésta de origen colonial alemán.
El terreno fue anteriormente un sanatorio para enfermos mentales de los indios nativos donde, lejos de curarlos, se dejaban allí simplemente para que no estuvieran sueltos. Más tarde, un exiliado de Salem que practicaba la brujería se hizo con el terreno.
La casa de los DeFeo y, más tarde de los Lutz, está situada en el pueblo de Amityville, en el sur de Long Island, a veinte millas de la ciudad de New York.
En la casa se descubrió una habitación pequeña en el sótano que contenía un pozo y que no estaba ilustrada ni en los archivos ni en los planos. Esta habitación tenía las paredes pintadas de rojo y se convirtió en uno de los misterios de Amityville, y de donde se presuponía que provenían algunos de los fenómenos.