Según se cuenta, en este lugar acontecieron una serie de hechos oscuros en la época en la que en el cortijo vivían los primeros Heredia, en los macabros acontecimientos también estarían involucrados los Larios, residentes en el cercano cortijo Colmenares, que en nuestros días es un club de golf. Ambas familias mantenían una estrecha amistad, pues ambas llegaron a Málaga desde la rioja. (El apunte del origen es verídico, aunque el de la amistad es un punto dudoso que trataré más adelante). En fin, según cuenta la leyenda, en una fecha indeterminada, todavía en el XIX, comenzaron a ocurrir en Málaga una serie de extrañas desapariciones de niñas que, sistemáticamente fueron asesinadas tras ser objeto de las más diversas vejaciones y de rituales de índole satánico. La familia Heredia no tardó en ser el punto de mira de las acusaciones de estos asesinatos, pues se les suponía perteneciente a la masonería y presuntamente, habrían importado estas prácticas satánicas de sus amistades en Francia y en Inglaterra. Algunos de los cuerpos de estas niñas aparecieron en la rivera de un río que corría cercano a la finca y que los mismos integrantes de la familia, habrían llevado hasta allí por los túneles secretos que comunicaban el cortijo con el río. En los sótanos, habría máquinas de tortura que eran usadas en dichos rituales.
Otro túnel secreto comunicaría el cortijo Jurado con el de Colmenares, por donde los invitados a estas lúgubres celebraciones podrían pasar sin ser vistos.
Esta, más o menos, es la leyenda original, pero como las leyendas suelen estar vivas y evolucionan con el paso de los años, la del cortijo Jurado no es una excepción. Durante la mayor parte del siglo XX, el cortijo y su leyenda queda bastante olvidado por todos, hasta que ya en la década de los noventa vuelve a tomar fuerza adornada con todo un despliegue de datos de índole parapsicológico. Curiosamente, los fenómenos comienzan a ocurrir cuando el cortijo entra en el ruinoso estado de abandono que se puede observar en las fotos, confiriéndole un aspecto ciertamente tétrico. En las publicaciones especializadas y más tarde, en la red, comienzan a circular fotografías de supuestos espíritus en sus ventanas, orbes y figuras que toman forma en los vapores de las noches frías, más tarde, las sesiones de ouija de supuestos adolescentes atrevidos, confirman e incluso dan nombre y apellidos de las pobres criaturas que allí fueron asesinadas, señalando en algunos casos el lugar exacto del patio donde están enterradas. Parapsicólogos de reputación graban psicofonías, algunas de ellas estremecedoras y algunos médiums salen sin respiración del cortijo tras sentir en sus entrañas la terrible presión de los hechos que allí acontecieron.
Cuando se llega a este punto, una marea de historias se desatan confundiendo ya la realidad y el tema tratado con seriedad con la broma fácil de las mentes aburridas que se dedican a inventar y a adjudicar historias y apariciones ficticias a la historia del cortijo y que todavía, muchas de ellas, son tratadas como verídicas por muchos. Cadáveres emparedados, personajes fantasmales que aparecen intermitentemente en el cortijo, extrañas luces, ruidos y golpes de origen desconocido, etc…
La historia de los Heredia y los Larios
Ciertamente, como comenté más arriba, las dos familias eran oriundas de la Rioja, los Larios de Laguna de Cameros y los Heredia de Rabanera de Cameros, ambos pueblos de la misma comarca, aunque esto no sea sinónimo de obligada amistad.
En el caso de los Larios, D. Pablo Larios, padre de Martin Larios (I Marqués de Larios), se establecería en Málaga tras quedar viudo en los comienzos del siglo XIX, donde comenzaría sus florecientes negocios con exportaciones a través de Gibraltar y mucho más tarde con las bodegas y otras sociedades financieras. Martin, que se supone protagonista de esta historia junto a Manuel Agustín Heredia, no se establecería en Málaga hasta 1831, contando con 30 años, tras la muerte de su hermano Manuel Domingo. Hasta entonces vivía en Cádiz o Gibraltar, controlando allí in situ los negocios familiares. En este punto, tras conseguir el Marquesado y tras los enormes beneficios comerciales que le aportó la guerra contra Napoleón, los Larios se convierten en una de las familias más notables de la ciudad.
Manuel Agustín Heredia, llega a Velez Málaga con quince años, en 1801 (Año en el que nació Martín Larios) y ya huérfano, en busca del progreso y del futuro que no puede conseguir en su provincia natal. Con empeño y tesón consigue empleo en una tienda de ultramarinos que no funcionaba demasiado bien y que a base de mucho trabajo consigue enderezar en no demasiado tiempo. Pasados unos años, y con Málaga tomada por los franceses, Heredia se introduce en el floreciente mundo del contrabando a través de Gibraltar. Sus idas y venidas de Málaga a Gibraltar son continuas y es más que posible que en esta época conociese e hiciera gran amistad con Martín Larios, que se encontraba también en Gibraltar y que posiblemente también tuviese bastante que ver con el comercio sumergido. La cuestión es que Heredia no tarda en tomar una buena posición y comienza a formar parte de sociedades industriales, consiguiendo concesiones de explotaciones mineras en diversos lugares. Su carrera industrial sube como la espuma y en poco tiempo posee explotaciones agrícolas y mineras en tierras sudamericanas y una enorme flota naval con la que promover todo su comercio.
Su entrada en la burguesía Malagueña es cuando se casa con Isabel Livermore, familia de noble casta de dicha ciudad. Con lo cual, ya tenemos la conexión deseada. Heredia y Larios, en la misma ciudad, adinerados y con negocios y orígenes comunes. Es bastante lógico que incluso decidieran establecerse cerca el uno del otro.
La similitud en la arquitectura de ambos cortijos da que pensar que fueron diseñados por un mismo arquitecto, llegando a la conclusión de que la decisión de construir los cortijos en las afueras de Málaga fue conjunta, pese a que en el enclave del Colmenares, ya se tenía constancia de edificación desde 1747, apareciendo en el catastro del Marqués de la Ensenada. Posiblemente se remodelaría el edificio original.
cortijo-colmenares-malagaCortijo Colmenares. Club de golf en nuestros días.
Es difícil llegar a conclusiones acertadas cuando se tratan temas que acontecieron hace un siglo, pues se puede imaginar que el boca a boca tras tantos años puede llegar a deformar la realidad hasta darle un giro de 180º. Pero intentaré ir por partes, en primer lugar, es cierto que en Málaga ocurrieron una serie de asesinatos. Entre los años 1890 y 1920, cinco mujeres de edades comprendidas entre los 18 y los 21 años, fueron encontradas asesinadas en la orilla del río cercano a la casa, aparte de esto, no existen casos de desapariciones sistemáticas en los archivos policiales de la época. Los cuerpos mencionados aparecían tras varios días de desaparición, aunque no hay constancia de que tuviesen algún tipo de signo de rituales satánicos o abusos sexuales. En este punto hay que indicar que tanto Heredia como Martín Larios ya habían muerto en estas fechas. Con lo cual, de ser alguna de las acusaciones ciertas, ya pasarían a sus descendientes.
El siguiente punto es el de los supuestos túneles. Esta leyenda se basa en el testimonio de un vecino de la zona llamado Manuel Martín, que según cuenta, siendo él un mozo en el año 1932, se coló en el Cortijo cuando no estaban sus moradores, como signo de valentía ante sus amigos. En la valiente incursión topó con un extraño pozo en el patio trasero que le condujo a una especie de caverna subterránea de la que partían túneles en varias direcciones. Según su testimonio, recorrió un túnel de más de dos kilómetros hasta que llegó a una puerta cerrada a cal y canto, (supuesto cortijo de los Larios), en la vuelta se introdujo en otros pasadizos en los que encontró todo tipo de máquinas y aparatos de tortura, nichos y huesos desperdigado; una escena realmente aterradora.
También según su testimonio, nadie le creyó cuando contó lo que había visto en las entrañas del cortijo aunque su testimonio sin duda, ha sido la base de ésta leyenda. Décadas después y siguiendo sus indicaciones, con pico y pala se ha intentado buscar la entrada a ese túnel sin encontrar absolutamente nada. Se cuenta que durante las obras de remodelación del cortijo Colmenares, un camión cayó en el interior de un socavón en el mismo patio. Antes de que el dueño del Cortijo mandase rellenar dicho socavón, algunos de los trabajadores pudieron ver que aquello era un sótano artificial del que salía un túnel en dirección al cortijo. Este reporte me resulta un tanto raro, pues los que vieron dicho socavón siempre son el hermano del primo de un amigo, y no existe ningún testimonio directo.
Resumiendo:
Toda la leyenda creada en torno a este edificio se basa en el testimonio más que dudoso de un joven que se coló en su interior para mostrar su valentía ante sus amigos. No hay ningún dato que implique a ninguna de las dos familias en los asesinatos que acontecieron durante el cambio de siglo en Málaga y tampoco existen datos de las innumerables desapariciones y asesinatos que se les atribuyen. No existe constancia verídica de la existencia de los túneles mencionados, pese a que han sido buscados con insistencia en los últimos tiempos y pese a que en los alrededores de la finca se han removido las tierras para la construcción de carreteras y otros edificios. Cierto es que se han grabado numerosas psicofonías en este lugar, pero tampoco demuestra gran cosa y en ningún caso, las sesiones de ouija o las psicofonías son prueba demostrativa que implique que algunos de los Heredia fueran terribles asesinos. Las fotografías que se pueden encontrar en la red, de supuestas figuras y luces, no tienen la claridad suficiente para poder tomarlas por válidas. La sugestión es grande cuando se investiga este tipo de lugares y las pareidolias juegan malas pasadas. Los extraños ruidos y luces que observan los vecinos de la zona no son difíciles de explicar, pues el cortijo, antes de estar la entrada prohibida y vigilada, era un centro de peregrinación de los jóvenes malagueños en busca de aventura y de muchísimos grupos de investigación paranormal.Nota: El Cortijo fue vendido en las primeras décadas del siglo XX por los Heredia a los Larios. Más tarde estos lo revenderían a terceros. A finales de los 80 el cortijo fue comprado por los Jurado, de donde tomó el nombre. En el año 2000, el cortijo es vendido a una empresa hotelera que tiene la intención de remodelarlo completamente y construir allí un complejo turístico, desde entonces, el proyecto está congelado y el cortijo está totalmente abandonado.