meigas (maga en latin)
Que son las meigas? La palabra meiga significa maga (en latin), y son tipicas de la zona norte de Leon, Asturias, y sobre todo en Galicia. Quieno ha oido hablar de las meigas? cualquier persona de Galicia que preguntemos te contestaran: no creo en ellas, pero haberlas haylas.
Hay dos formas de considerar a las meigas: La meiga curandera que se dedica a curar enfermedades a base de plantas, con rezos, rituales. Es necesario tener poderes . Pueden curar el mal de ojo o realizarlo, asi coo otros males. La otra forma de considerar e las meigas es la de brujas, las hay de diferentes poderes:
- Meigas chuchonas (o chupadoras): Son las más peligrosas, y se presentan con distintas caras o transformadas en vampiros e insectos, como abejorros. chupan la sangre a los niños y les roban los untos (grasa corporal) para ser empleados en la elaboración de ungüentos y pociones.
- Asumcordas o brujas callejeras: Espias de las gente y vigilantes de quienes entran y salen de las casas.
- Marimanta: Es la meiga del saco, roba niños y los hace desaparecer.
- Feiticeira (Hechicera): Viven cerca de los ríos y riachuelos, aunque anciana, su aspecto no repele, posee una voz muy bella que con sus cantos hinoptiza a los chicos que se acercan al río y hace que se vayan metiendo en el río, donde al fin se ahogarán.
- Lavandeira: Esta meiga sorprende al caminante que pasa por un lavadero, invitando a este a que la ayude a escurrir las prendas que lava, tintas de sangre todavía tibia, a consecuencia, según se dice, de un mal parto. La persona ha de tener cuidado de torcer la ropa en el mismo sentido que ella, porque de lo contrario, la desgracia caerá sobre su casa.
- Lobismuller (mujer loba): Tienen que haber nacido en Nochebuena o Viernes Santo, o bien ser la séptima o novena de una familia donde todas las hijas son mujeres.
- Vedoira: Es esbelta y agradable en el trato. Posee facultades adivinatorias, y son expertas en contactar con el más allá para decir si alguien fallecido está gozando eternamente en el cielo o si aún penan en el Purgatorio.
- Voladoira: Vuela y hace piruetas acrobáticas en el cielo.
- Cartuxeira: Son meigas echadoras de cartas, que siempre aciertan en sus vaticinios.
- Agoreira: Estas meigas envejecen prematuramente, pero viven muchísimos años.
- Dama de castro: Estas meigas viven bajo castros milenarios o bajo tierra en un castillo de cristal, llevan siempre un largo vestido blanco de cola y siempre atienden a solicitudes de la gente. Ya que goza de bienestar y fortuna ningún tipo de halago o favor sirven para recibir de ella consejos o regalos; al contrario suele aparecerse a personas afligidas por alguna situación difícil de su vida, y a esas personas de condición humilde otorga sus favores.
Para defenderse de ellas:Llevar en el cuello un collar de ramas de muérdago, ajo o conchas.
-Clavar sobre las puertas de las casas, murciélagos, espolones de gallo, colas de lobo, herraduras de caballo.
-Tener en casa tierra bendita de los cementerios, sal, tijeras abiertas a los pies de la cama, orina de caballo, cuerdas de ahorcados.
-Buscar garras de fiera, patas de ave de presa, piedras agujereadas.
-Poseer en forma de varitas, colgantes o pectorales, trozos de azabache, ámbar y distintas piedras capaces de rechazar los venenos y encantamientos.Hay un conjuro que se hace la noche de san juan alrededor de una queimada.
CONXURO DA QUEIMADA
Mouchos, curuxas, sapos e bruxas.
Demos, trasgos e diaños, espíritos das nevoadas veigas.
Corvos, píntegas e meigas, feitizos das menciñeiras.
Podres cañotos furados, fogar dos vermes e alimañas.
Lume das Santas Compañas, mal de ollo, negros meigallos, cheiro dos mortos, tronos e raios.
Ouveo do can, pregón da morte; fuciño do sátiro e pé de coello.
Pecadora lingua da mala muller casada cun home vello.
Averno de Satán e Belcebú, lume dos cadáveres ardentes, corpos mutilados dos indecentes, peidos dos infernais cus, muxido da mar embravecida.
Barriga inútil da muller solteira, falar dos gatos que andan á xaneira, guedella porca da cabra mal parida.
Con este fol levgantareí as chamas deste lume que asemella ó do infierno, fuxirán as bruxas a cabalo das súas vasoiras, indose bañar na praia das areas gordas.
¡Oide, oide! os ruxidos que dan as que non poden deixar de queimarse na augardente, quedando asi purificadas.
E cando esta beberaxe baixe polas nosas gorxas, quedaremos libres dos males da nosa alma e de todo embruxamento.
Frozas do ar, terra e lume, a vós fago esta chamada: "si é verdade que tedes máis poder que a humana xente, aquí e agora, facede cos espiritos dos amigos que están fora, participen con nós desta queimada".
TRADUCCIÓN
Buhos, lechuzas, sapos y brujas. Demonios maléficos y diablos, espíritus de las nevadas vegas. Cuervos, salamandras y meigas, hechizos de las curanderas. Podridas cañas agujereadas, hogar de gusanos y de alimañas. Fuego de las almas en pena, mal de ojo, negros hechizos, olor de los muertos, truenos y rayos. Ladrido del perro, anuncio de la muerte; hocico del sátiro y pie del conejo. Pecadora lengua de la mala mujer casada con un hombre viejo. Infierno de Satán y Belcebú, fuego de los cadáveres en llamas, cuerpos mutilados de los indecentes, pedos de los infernales culos, mugido de la mar embravecida. Vientre inútil de la mujer soltera, maullar de los gatos en celo, pelo malo y sucio de la cabra mal parida. Con este cazo levantaré las llamas de este fuego que se asemeja al del infierno, y huirán las brujas a caballo de sus escobas, yéndose a bañar a la playa de las arenas gordas. ¡Oíd, oíd! los rugidos que dan las que no pueden dejar de quemarse en el aguardiente quedando así purificadas. Y cuando este brebaje baje por nuestras gargantas, quedaremos libres de los males de nuestra alma y de todo embrujamiento. Fuerzas del aire, tierra, mar y fuego, a vosotros hago esta llamada: si es verdad que tenéis más poder que la humana gente, aquí y ahora, haced que los espíritus de los amigos que están fuera, participen con nosotros de esta queimada.
HISTORIAS DE MEIGAS
las meigas de o mato
Muchos veían su obsesión por las cruces como parte de un algún tipo de hechizo. Se dedicaban a recoger chatarra para tapiar su hogar. Capós de coches, el anuncio de un coto de caza, una marquesina entera…cualquier cosa servía para aislar puertas y ventanas. No soportaban ni un rayo de luz que las conectara con el exterior. Sencillamente parecía que habían renunciado al mundo y se dedicaron a vivir la una para la otra. Aurora, la mayor, se quedó ciega y su hermano la guiaba por la oscuridad de su casa.
Las cruces no fueron su única rareza en los últimos años, poco a poco fueron llenando su finca con cabezas de muñecos sujetos a palos. Los recogían en la basura de los pueblos a los que iban a mendigar. No se sabe muy bien el porqué de este proceder, pero la imagen de conjunto resultaba aterradora para todos aquellos que la vieron.
Por aquel entonces, la leyenda de las brujas de O Mato comenzó a extenderse por toda la provincia de Ourense. De muchos pueblos se acercaban personas a comprobar si lo que habían escuchado era verdad. Iban movidos por una mezcla de curiosidad y morbo. As Ritas se convirtieron en una especie de espectáculo gratuito. Muchos se dedicaban a hacer profesiones de velas frente a su casa, ritos con animales o a gritarles insultos desde la calle. Las dos hermanas comenzaron a ponerse cada vez más nerviosas y reaccionaban con agresividad ente las provocaciones. Así amenazaban con rociar de aceite hirviendo a todo aquel que se acercara a su propiedad. “Yo no creo que fueran agresivas, nunca se metieron con nadie, pero tampoco iban a quedarse ahí paradas después de lo que hacían con ellas. Desde que la gente empezó a increparlas, Nieves iba siempre acompañada por un cuchillo. Tenía miedo de que algo pudiera ocurrirle a ella y a su hermana”, explica Benigno Álvarez, alcalde de una localidad próxima
El padre de estas dos mujeres, Andrés, nació en Dacón, una pequeña aldea de la provincia de Ourense. Siendo joven conoció a Rita que vivía en un pueblo cercano llamado O Mato. Después de varios meses de noviazgo se casaron y tuvieron dos niñas, Aurora y Nieves. Andrés murió joven y Aurora se encargó sola de la educación de sus hijas. Al principio las cosas transcurrían de un modo normal, las niñas no iban al colegio pero en aquellos tiempos no era algo demasiado extraño ya que eran muchos los chicos que cambiaban los libros por el cuidado de los animales. Nunca aprendieron a leer ni a escribir y la ignorancia las hizo desconfiadas. Ramón Iglesias, un vecino de O Mato recuerda que “tenían una buena herencia, muchas tierras pero nunca pudieron disfrutar de ellas porque se negaban a firmar nada, creían que intentaban engallarlas, no confiaban en nadie”. De hecho, podría decirse que nunca vivieron ya que su existencia no consta en ningún registro. No podemos averiguar sus apellidos porque jamás tuvieron D.N.I., ni tarjeta de la Seguridad Social, ni nada que las vinculara al mundo real. Sus nombres eran ajenos para la mayoría de sus vecinos, desde muy jóvenes fueron conocidas por el apodo de As Ritas, en mención a su madre.
Cuando Nieves y Aurora crecieron y se convirtieron en chicas las diferencias comenzaron a agudizarse. Lo que deniñas eran pequeñas rarezas que las aislaban de los juegos de sus compañeros, de jovencitas pasaron a ser distancias insalvables que les impedían relacionarse. Pese a ello, Aurora, la mayor de las dos, era una mujer muy guapa y los chicos se fijaban constantemente en ella. Y, aunque a su madre no le hacía nada de gracia verla con personas ajenas a ella y su hermana, Aurora conoció a un joven de un pueblo cercano y se casó con él.
Por primera vez, Aurora dejaba su casa, a su hermana y a su madre para comenzar una nueva vida con su esposo. Nieves se sentía muy sola sin la que había sido durante tantos años su compañera y comenzó a ensimismarse más si cabe. Ella y su madre pasaban semanas enteras sin salir a la calle y fue entonces cuando comenzaron a practicar extraños ritos con velas e hiervas. El matrimonio de Aurora duró apenas unos meses y la mujer volvió a la casa donde había vivido siempre. María González, una vecina que conoció As Ritas de jóvenes, dice: “Lo que se comentaba en el pueblo es que el matrimonio se rompió porque Aurora se negaba a dormir con su esposo. Además, se cansó de ella porque no compartían las mismas creencias. Yo no digo que fueran meigas pero lo que está claro es que hacían cosa muy raras y eso a su marido no le gustaba”. Tras la ruptura, Aurora volvió a casa y las tres mujeres comenzaron a tener una existencia prácticamente fantasma. Sólo salían por la noche, incluso, para llevar a pastar a sus ovejas esperaban al final de la tarde. En los alrededores de la casa podían escucharse sonidos extraños y los vecinos comenzaron ya a hablar abiertamente de brujería.
Durante añosno se supo nada de ellas. Algunos llegaron a pensar que habían muerto. Aunque de vez en cuando llegaban noticias de que se las había visto pidiendo en algunos pueblos ourensanos. Siempre lejos de casa, jamás pidieron a sus vecinos. Por aquel entonces las leyendas a cerca de ellas estaban ya a la orden del día. No hubo niño en los alrededores que no creciese atemorizado por “la casa bruja”.
El 14 de noviembre de 1996 un incendio, posiblemente provocado por ellas mismas, destrozó la ya maltrecha casa de As Ritas. Fue en ese instante cuando empezó el verdadero infierno para esas dos mujeres octogenarias. En un primer momento, no rechazaron la ayuda de sus vecinos para apagar el fuego. La gente se agolpó en la casa y las dos hermanas parecían muy agradecidas. Sin embargo, en los días siguientes fueron regresando a su hermetismo. Sólo aceptaban ya la presencia de Rosita, la tendera. Curiosamente esta mujer, Rosa Bértolo, había conocido a las hermanas sólo un par de semanas antes. “He nacido en A Touza, que está a un kilómetro de O Mato, y desde que era niña había oído hablar de As Ritas pero nunca las había visto en persona. Un día estaba en mi tienda y entró una anciana muy sucia y me pidió algunas cosas sin demasiado sentido. Yo no tenía ni idea de quien era. Una vecina que estaba también comprando me dijo que era Nieves, una de As Ritas. Hacía muy mal tiempo así que me ofrecí para llevarla a casa y ella aceptó. Nunca olvidaré la sensación que tuve al entrar por primera vez en aquel sitio. Jamás había visto tanta suciedad junta. Aquello era infrahumano”, explica la tendera.
Rosa Bértolo es una mujer generosa. Al enterarse del incendio fue de inmediato a la casa de las dos hermanas para alimentarlas. Durante varios días acudía para llevarles la comida y la cena. Aurora y Nieves confesaron a Rosita que tiempo atrás Dios ya les había avisado de que su casa iba a ser destruida por las llamas. El mismo Dios volvió a ordenarles tras el fuego que dejasen la casa tal como estaba. Por eso se atrincheraron dentro de la cuadra, en un habitáculo de apenas dos metros cuadrados. Para llegar hasta ellas, Rosita debía bajar por un estrecho hueco lleno de suciedad.
Los días iban pasando pero el resultado era el mismo, ni la guardia civil, ni los vecinos, nadie conseguía convencerlas para que abandonasen su casa. Ni siquiera Rositapudo lograrlo. La situación era tan curiosa que los medios de comunicación comenzaron a hacerse eco de ella. Televisiones y periódicos de todo el país acudieron a esta pequeña localidad ourensana para conocer la historia de las dos hermanas. “Con la presencia de los medios de comunicación empezaron a ponerse nerviosas. Ya no querían que entrara, me insultaban e, incluso, un día que conseguí llegar hasta ellas me estaban esperando con un cuchillo. Fue la primera vez que les tuve miedo de verdad y no fue por la brujería”, concluye Rosita.
A partir de entonces se negaron a razonar y no quedó otro remedio, hubo que sacarlas por la fuerza. Fueron trasladas al hospital de Ourense y allí permanecieron varias semanas en las que fueron atendidas de muy diversas dolencias propias de su avanzada edad y del estado de abandono en el que siempre habían vivido. Finalmente,a Aurora y a Nieves las llevaron a su nuevo hogar, el asilo de caridad de O Carballiño, la villa más cercana a su aldea. Allí vivieron hasta que murieron, casi a la vez, en 1999. Las monjas con las que convivieron dicen que, pese a todos los cuidados, las dos hermanas nunca fueron felices en el asilo.Poco antes de morir las dos reconocían:”No recordamos si fuimos felices. Además, no vivimos como queremos sino como podemos”.
Hace ya más de tres décadas que Rita murió. Durante muchos días sus hijas convivieron con su cadáver sin decir a nadie que su madre había perecido. Los vecinos comenzaron a notar un olor muy desagradable y dieron parte a la policía. Se presentaron en la casa de Aurora y Nieves y allí las encontraron sentadas en torno al cuerpo sin vida de Rita. Hoy en día el proceder de las dos hermanas hubiese supuesto un delito pero los tiempos eran muy distintos. Rita fue enterrada en el cementerio parroquial como una más. Aunque, para los vecinos el asunto no está tan claro. “Lo que se comentó en aquel entonces es que en realidad la caja estaba llena de ollas y trastos viejos y que la anciana fue enterrada en su finca por sus propias hijas. Yo no sé si creérmelo de todo pero con estas cosas nunca se sabe, siempre te quedan dudas”, comenta María González.
Una vez muerta la madre la situación de las dos mujeres empeoró considerablemente. Nunca volvieron a fiarse de la gente. Por si fuera poco, además por aquellos días les expropiaron una porción de sus fincas debido a la construcción de una carretera. Las dos hermanas se tomaron el asunto como algo personal y acusaron de ello a sus vecinos. De eso hace más de treinta años pero todavía hoy permanecen en la casa las extrañas cruces blancas que pintaron entonces para ahuyentar a las visitas. Ramón, su vecino de en frente, explica: “Su mayor problema siempre fue la ignorancia. Cuando les quitaron las tierras para hacer la carretera creyeron que todos los del pueblo se las estábamos robando. Empezaron a poner cruces por todos lados, pretendían marcar su territorio. No sólo en la casa, si caminas por el pueblo aún ahora puedes saber cuales son sus fincas porque todas están marcadas con las cruces, era como su firma”.
casa de las meigas de o mato